Llegado a este punto, es necesario
estar seguros de dos ideas básicas: i) la carrera de Nutrición debería llamarse
Nutriología Humana (http://iidenut.blogspot.com/2010/08/nutricion-o-nutriologia.html)
y ii) la nutrición clínica se puede hacer en cualquier lugar dentro o fuera de
un hospital (http://iidenut.blogspot.com/2010/09/nutriologia-clinica-fuera-del-hospital.html).
Ahora bien, en la última entrega dejamos planteadas unas preguntas: si usted tuviera
que empezar una reforma ¿por cuál de las siguientes áreas empezaría?
¿Reformaría la forma de hacer Nutriología clínica desde el hospital (dado que
allí se hace la mejor nutriología clínica) para luego aplicarla a la comunidad?
O ¿Reformaría la forma de hacer Nutriología Pública para que después de
entender lo que sucede en las poblaciones podamos recién aplicar lo aprendido a
los individuos?
Definitivamente la
respuesta es que debemos empezar reformando la manera de hacer Nutriología
clínica. Como están las cosas hoy en día en la mayor parte de los hospitales
latinoamericanos, sino en todos, las posibilidades que tiene un profesional de la Nutrición de desarrollar
una intervención oportuna y provista del máximo rigor científico son algo menos
que escasas. Somos tan pocos y las labores administrativas tan numerosas que lo
más cercano a la
Nutriología Clínica real es la evaluación del consumo de la
dieta de un día para otro. Sin embargo, ¿cómo hacemos para cambiar lo que se ha
hecho así por décadas?
Deberíamos buscar
la manera de construir una propuesta latinoamericana para desarrollar guías de procedimientos clínicos que reflejen
con absoluta precisión la forma en la cual debe verse nuestra carrera en los
próximos 25 años como mínimo. ¿por qué latinoamericana? Porque de nada
sirve el éxito de la carrera en un país,
si esto no se disemina entre todos. Siendo realistas, el número de los otros
profesionales de la salud es tan grande que si no genera una propuesta
supranacional muy poco será lo que se pueda hacer para nuestro crecimiento
futuro.
Una guía de
procedimiento bien elaborada marcaría un hito histórico en nuestro
posicionamiento profesional. No solo definiría nuestro papel teórico sino
también práctico, establecería tiempos para cada una de nuestras actividades y
por ende, el número necesario de profesionales de la nutrición para cubrir esas
tareas; establecería mecanismos para hacer diagnósticos más precisos, de modo
que, las anotaciones hechas sobre el estado nutricional de un paciente, puedan
ser entendidas del mismo modo por un nutricionista argentino, panameño,
mexicano o peruano (en la actualidad eso es imposible); establecería formas más
precisas de comparar nuestro propio trabajo de una forma tal que la mejora
continua sea una práctica cotidiana; establecería un lenguaje técnico común y
universal, no como sucede ahora en una misma región, en un mismo país cada uno
entiende la nutrición como puede; establecería los requisitos técnicos mínimos
del equipamiento mínimo para la evaluación apropiada o cualquier otra actividad
de nuestra competencia, de modo nuestras apreciaciones sean más científicas.
Esto aunque parece
muy lejano es posible. En Perú, IIDENUT ha iniciado un proceso lento pero
seguro que reúne cada uno de los puntos que hemos venido discutiendo hasta el
momento. De ninguna forma el camino es fácil, son más de 50 años de Nutricón en
el continente y muy pocos los cambios sustanciales. Esta es la razón de ser de
estas comunicaciones, motivar la participación de todos los interesados en este
mismo objetivo, llevar nuestra carrera al nivel científico que merece.
DECLARACIÓN
DE PRINCIPIOS
En IIDENUT
rechazamos rotundamente aquellas prácticas asociadas con el uso inapropiado de
la información con fines comerciales. Nuestros estándares éticos nos impiden
aceptar, difundir o parcializarnos subjetivamente con producto o práctica
alguna que vaya en contra o distorsione la labor del nutricionista.
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