miércoles, 30 de octubre de 2013

¿Qué método emplea en la evaluación nutricional de sus pacientes?

Por mucho tiempo, el papel del Dietista - Nutricionista en la evaluación nutricional de una persona ha estado restringido a tres parámetros: saber cuánta comida consume; clasificar su peso utilizando herramientas de tamizaje como el índice de masa corporal (IMC) y calcular más o menos bien cuál es el tipo de actividad física que desarrolla.  Contrario a lo que se podría pensar, la universidad ha contribuido de manera sostenida a consolidar estas prácticas puesto que en las últimas décadas se ha concentrado en formar profesionales autómatas desprovistos del más mínimo sentido del análisis. En su paso por las aulas, el estudiante es abrumado por una batería considerablemente grande de herramientas de evaluación que nadie le enseña a utilizar con lógica y discernimiento, es decir metodológicamente; se le acostumbra a centrar su mirada “nutricional” en los cambios que se pueden producir en  dos o tres parámetros; o se le conmina sistemáticamente y a convertir el tratamiento de las enfermedades en la aplicación  irrefutable  de una lista de recomendaciones. En este contexto, el recién estrenado profesional tiene serias dificultades para tomar decisiones acertadas cuando en la práctica real, empiezan a aparecer las tonalidades frecuentes que una misma enfermedad, o la combinación de varias en una misma persona, puede tener.
Dos, tres, o más herramientas unidas sin criterio alguno de complementariedad, no conforman una metodología; simplemente una lista ordenada de pasos que  poco o nada contribuyen para dar solución a un problema. Nuestra experiencia nos ha permitido desarrollar un procedimiento basado en la evaluación de 9 pasos que nos brindan información vital para la toma oportuna de decisiones basadas en evidencia sustentada. Estos aspectos incluyen: i) la evaluación de signos clínicos, en donde es fundamental saber diferenciar si estamos frente a un signo netamente nutricional o asociado a otra condición, como por ejemplo la queilitis bilateral que puede aparecer por carencia de Riboflavina o por sobre exposición al sol; ii) la evaluación de la interacción entre nutrientes y fármacos, puesto que diferentes condiciones clínicas están íntimamente relacionadas con la terapia medicamentosa como la deficiencia de ácido fólico asociada con el consumo de fenitoína; iii) la evaluación de la ingesta de alimentos y los factores que la afectan puesto que se ha demostrado que los hábitos alimentarios pueden explicar la presencia de enfermedades crónicas; iv) la medición del gasto calórico a partir de la actividad física debido a la alta variabilidad de este componente; v) la evaluación del crecimiento en los niños, y de la composición corporal tanto en los niños como en los adultos, debido a que ligeros cambios en el contenido y tipo de grasa corporal pueden incrementar considerablemente los riesgos de salud; y vi) evaluación de la bioquímica básica de la sangre, entre otras razones, porque no se puede iniciar un tratamiento nutricional por más sencillo que fuese sin conocer como mínimo cuál es el nivel de hemoglobina o glicemia de la persona;  vii) evaluación de las reservas viscerales como una forma de contrastar los resultados de la composición corporal; viii) evaluación del componente inmunológico porque existe una elevada correlación entre el estado nutricional y el nivel de respuesta del sistema inmunológico; y finalmente ix) la evaluación del componente catabólico a través de una pureba de balance nitrogedado, la cual, indiscutiblemente debería formar parte de todo proceso de evaluación nutricional porque a excepción de paciente con problemas hepáticos o renales, en el resto de los casas representa la manera más sencilla de calcular el aporte proteico de una persona; de los 9 pasos descritos, recomendamos utilizar los 6 primeros como mínimo.  El corolario de este procedimiento es el diagnóstico nutricional que también forma parte de la metodología y debe describir cada problema nutricional en dos esferas: la evidencia que habla del problema y la causa probable del mismo.
Estamos convencidos que las metodologías bien estructuradas, y no las listas de chequeo por decirlo de alguna manera, son la única manera de contribuir positivamente al desarrollo de nuestra profesión. En el Perú, hemos logrado implementar este procedimiento con excelentes resultados en un hospital de alta complejidad, al punto que la parte médica ha reconocido (no en discurso, sino en la práctica) la importancia de contar con un profesional de la Nutrición en el manejo multidisciplinario de las enfermedades. Ahora bien, es indudable que cada uno de estos pasos varia de acuerdo a si se evalúa a un niño o a un adulto, por lo que en posteriores entregas analizaremos cuáles son esos bemoles.
DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS
En IIDENUT rechazamos rotundamente aquellas prácticas asociadas con el uso inapropiado de la información con fines comerciales. Nuestros estándares éticos nos impiden aceptar, difundir o parcializarnos subjetivamente con producto o práctica alguna que vaya en contra o distorsione la labor del nutricionista.

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